Siguiendo con la aventura, salimos de Buenos Aires con destino a Villazón, Bolivia, la frontera de los 2 países; no quiero decir que pasamos frío, por que nos congelamos con mi amante compañera en un bus que calefacción tenía, pero estaba mala.
Y llegamos a la frontera, como buena frontera nos tuvieron esperando mucho rato. Aproveche de hacer varias fotos por ahí (como la muestra), la gente, el lugar y obviamente nuestro letrero de bienvenida.
El jueguito de "Estoy en Argentina, estoy en Bolivia..." No me dejaron hacerlo, los policías bolivianos son medios duros y tienen cara de pocos amigos, pero son buena gente y están haciendo su trabajo; si alguien le dicen "No haga eso..." uno, obediente, no lo hace, aunque hay porfiados en todas partes del mundo...yo soy uno!
"No puede tomar fotos de la entrada", me dijeron. Yo se que esta mal encuadrada, que la regla de los 3 tercios "se nos va a las pailas", en buen chileno, pero había que hacerla.
La fauna de Villazón...No, mentira, una atracción para los niños, que juegan arriba de este enorme lagarto en lo que parece ser una escuelita, gente muy humilde, pero muy cariñosa.
Una vista mas panorámica de Villazón.
Aquí el tributo a Simón Bolivar, frente al hotel...Dato anexo, un hotel en Bolivia es muy barato, en este pueblo, nos costó 35 Bolivianos una pieza grande, cama matrimonial, agua caliente (que no se necesita mucho) algo así como 8 dólares la noche, limpio y bonito.
La gente, como decía, muy humilde y muy tímidos, pero siempre con buena onda para indicarte alguna dirección.
Villazón es un pueblo que tiene de todo, tiendas grandes, tiendas chicas, negocios, dentistas y mucho turismo, recordamos que es el punto de partida para llegar a un lugar precioso como es el Salar de Uyuni, que lo mostraremos mas adelante.
Los bolivianos son bajos en estatura, mas bien morenos, lo mismo que en el norte de Chile, lo que mas me llamó la atención es la forma de cargar los niños, solo lo había visto por fotos, en vivo, es sorprendente.
No crean que el pueblo es un lugar olvidado en el pasado y que la gente no conoce la electricidad ni los teléfonos ni nada; es un pueblo normal con gente normal.
Todo tiene su belleza, a veces unos solo tiene que abrir los ojos y disparar, pero el botón de la cámara.
Como decía, es sorprendente como las mujeres cargan los niños, no usan coches caros, ni de última generación una simple ruana atada al cuerpo y ya.
Al otro día, durante la tarde, emprendimos rumbo a Uyuni, otra localidad de Bolivia que alberga uno de los lugares mas fantásticos en el que he estado, El Salar de Uyuni.
Un viaje en tren fantástico, con ese movimiento entretenido, con un poco de polvo, pero valía la pena y el sacrificio. Conocimos a nuestra amiga Paula Stange, brasileña de nacimiento, argentina de "hablamiento" como diría el gran "Zafrada".
Como llegamos tarde por la noche (el viaje en tren duró poco mas de 7 horas) fuimos directo a dormir, como somos "Backpackers" (Mochileros), nos toco compartir piezas con 2 suecas y un sueco. En la mañana partimos a comprar el ticket para el salar y aprovechamos de conocer un poco el pueblo.
Como todo pueblo, tienen una gran iglesia , rodeada por cables, como en toda Sudamérica...
Una postal muy bonita, los cables matan la foto, pero es importante rescatar el color y la línea de las cosas, como están hechas.
En la plaza de Uyuni.
Comenzando el tour al salar, nos presentaron primero, el cementerio de trenes, lugar un poco triste, donde terminan todos los trenes que van quedando en el camino por "culpa" de la tecnología. La mayoría de ellos a carbón y vapor que ayudaban a la gente a trasladarse de lugar.
La nostalgia se hace parte de un lugar que nunca esta solo, lleno de turistas, especialmente de USA e Inglaterra, todos, te piden que ayudes a hacer una foto, retratándolos.
Son muchas, mas de 50, todas amontonadas en esta vía, un cementerio triste oxidado.
Una vista mas clara del lugar, da una sensación fría en el lugar, como cuando uno va por primera vez a Humberstone en Iquique.
Saliendo del cementerio de trenes y ya en la van camino al parque, esta era la vista. Montañas nevadas, sobre una planicie desértica, muy bonito.
Un grupo de llamas al pasar la van, no se inmutan, están mas acostumbradas al ser humano, es cosa que vengan al norte de Chile a comer Kalapurka, como una cazuela con carne de Llama, pollito y maíz.
Todo echo de sal, los habitantes de acá ocupan el recurso que tienen a mano para subsistir en este lugar, por lo mismo, viven del turismo.
Comparamos uno para "la suegra" muy bonito y muy barato...5 bolivianos, o sea, menos de un dólar, ayudamos a la gente, compramos un regalo bonito y que perdura en el tiempo.
Mas artesanías, llenas de colores y formas.
Y también están los típicos chalecos de lana de Llama y Alpaca, cientos de ellos, colores, para grandes, chicos, ellas y demases.
Y llegamos...Un lugar increíble, blanco por todos lados, solo a lo lejos se veían las montañas verde, pero al otro lado de la foto era un océano blanco.
Mi fiel compañera de vida y aventuras conmigo, en todas partes.
La cantidad de gente que llega a este lugar es grande; los tours van y vienen día y noche, los 7 días de la semana y todos los días del año. Una de las cosas mas interesantes de los tours, es que, puedes tomar uno en bicicleta, te llevan a los sitios y después recorren en bicicleta durante varias horas.
Ana nos muestra que también amigos colombianos fueron antes que ella; la verdad, había muchas banderas de las cuales no conocía una o dos.
En es lugar había una especia de museo hecho completamente de sal, claro, hay materia prima por todo lados.
Luego, fuimos a recorrer el parque, donde había este bosque de cactus que te dan la bienvenida, el recorrido es de aproximadamente 1 hora, pero puedes ver todo el lugar.
Mas cactus, estos medían como 2mt. un poquito más.
Nuestro grupo de viaje integrado por un australiano, un mexicano un chileno, una colombiana y 2 amigos argentinos, todos agradables y buena gente.
la inmensidad del parque nos muestra que pequeños somos. En el medio de la fotografía se ve una camioneta volviendo al pueblo.
Parte de la fauna local.
Busque al animalitooo...
Ya volviendo nosotros también vemos un "Hotel en construcción, para hacer este lugar más turístico y mas cerca del salar.
Cuando volvimos a Uyuni había un desfile, o procesión, siempre lleno de instrumentos de viento, bombos...por lo menos aquí, no los prohiben.
Una pequeña nos muestra su ropa y su sombrero.
Hay un cierto parecido entre estos personajes y los "Silleteros" de Medellín, ambos cargan flores en la espalda por las calles.
Finalmente esta estatua nos despide del pueblo, puede parecer siniestra, pero es todo lo contrario a la gente del lugar, totalmente recomendable para todos los que nos gusta viajar y conocer lugares fantásticos. "Viajar toda la vida" es nuestra consigna con mi compañera de vida y viajes, esperamos poder hacerlo hasta que no nos queden fuerzas...
@alefariasd y @anamasierra
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